Según varios sondeos se estima que la mayoría de los estadounidenses está de acuerdo con la reforma migratoria, pero en Estados como Tennessee se va a desarrollar una marcha en contra de esta ley a la que consideran como una amnistía a todas las personas que ingresaron sin papeles y ahora se los quieren premiar con una residencia o ciudadanía. En la marcha, el principal blanco será el Senador Republicano Lamar Alexander quien ha dado su voto a la reforma migratoria y se planteará que en las próximas elecciones no sea elegido nuevamente. Como alternativa los manifestantes proponen dar el voto a Joe Carr, contrincante en las primarias republicanas. Cuando los votantes de Tennessee se enteran que Lamar Alexander ha votado en favor de la ley migratoria, le niegan su voto. Carr es famoso por sus recias posturas contra la inmigración ilegal y por ser el autor, o estar detrás, de las leyes más severas contra los sin papeles residentes en el país.
Como la ley migratoria sigue estancada en la cámara de representantes y el fenómeno migratorio continua, la cámara para no quedarse con los “brazos cruzados” aprobó un nuevo proyecto de ley destinado a aportar fondos para la crisis fronteriza. La aprobación se dio por un acuerdo con legisladores más cercanos al Tea Party. Legisladores de ambos partidos no están de acuerdos ya que más dinero solo es una solución momentánea y mientras no se defina una estrategia, no hay que gastar grandes cantidades de dinero. Para esta aprobación, los legisladores pusieron fin a la denominada “acción diferida” que detenía las deportaciones. Esto afecta de forma directa a los denominados “Dreamers”.
Con el receso de verano, cualquier cambio o ayuda deberá esperar hasta septiembre El presidente ha manifestado que mientras los legisladores se van de vacaciones, él se quedará trabajando y deberá tomar medidas que quizás no sea del agrado de la Cámara pero que beneficiará a todos los ciudadanos. Septiembre será un mes vital para ver qué sucede con la ley migratoria. Al tener cerca las elecciones, ambos partidos no quieren perder el voto de los migrantes.