A pesar que se ha reducido drásticamente la llegada de los niños migrantes a la frontera en comparación al año 2014, aun los casos siguen siendo elevados pero con tendencia a seguir descendiendo. Ahora se está denunciando que todos los niños que llegan a la frontera no tienen el debido proceso migratorio y son deportados de manera inmediata lo cual es un problema ya que no se sabe cuáles de estos menores requiere protección internacional o están huyendo porque si regresan sus vidas peligran. De cada 4 niños que llegaban a la frontera sin importar si eran deportados, eran de origen mexicano. Quienes denuncian estas deportaciones inmediatas acusan tanto a los gobiernos de Estados Unidos y México de no hacer nada por ello.
A pesar que existen denuncias por parte de grupo en favor de los menores estos parecen que han tenido poco efecto ya que no han logrado su objetivo. Los centros de detención para menores aun funcionan a pesar de las críticas y ahora se encuentran en revisión y parece que se les otorgara su permiso de funcionamiento con las mejores necesarias pero que según activistas en favor de los menores no son suficientes.
Muchos critican y muchos aplauden el trabajo conjunto para que más niños no lleguen a la frontera pero nadie plantea cual debería ser la solución final ya que siempre debe existir un control. Es verdad que muchos niños corren peligro y por eso viajan a Estados Unidos pero se necesita un sistema de identificación para saber la situación real de cada infante. Estados Unidos aporta gran presupuesto a países de Centroamérica para evitar que los niños lleguen hasta sus fronteras y sean detenidos desde que inician su viaje.
La inmigración debe ser legal y sola bajo casos extremos solicitar un permiso de llegada o asilo. Esos casos donde la vida está en peligro son comprensibles pero muchos por ese afán de llegar como sea y mentir dañan a personas que de verdad necesitan huir de sus lugares de origen.