Continúan las acusaciones a los centros de detenciones de los menores que son capturados sin papeles en la frontera y que viajan solos. Los centros fueron creados para albergar a los infantes ya que los lugares de detención estaban abarrotados y su fin era un rápido juicio migratorio para determinar si se podían quedar o regresaban a sus lugares de origen. Pero eso no ah sucedido y los infantes que permanecen ahí están más tiempo del debido, por esa razón un juez ordeno que hasta el 23 de octubre si un infante tiene más de 20 días detenido sea liberado. A pesar que esa fecha ha transcurrido parece esa decisión no se está respetando y los reclamos no se han hecho esperar.
Los menores para agilitar su salida son enviados con familiares cercanos que puedan mantener su tutela y estar con ellos hasta que inicie su juicio migratorio donde se determina su futuro. Los centros están ubicados en estados fronterizos donde existe más el problema de los niños ya que muchos a su llegada no saben dónde ir y se quedan en lugares cercanos. A pesar que se ha reducido la llegada de los niños por el trabajo conjunto entre Estados Unidos y los países involucrados aun el numero es alto y cerrar estos centros como se pretende no es la solución ya que donde irán estos menores sino tiene un familiar que los pueda albergar.
Existen demandas a los centros porque justifican que no ha cumplido su función de firma adecuada pero nadie niega que hayan ayudado a aliviar un sistema migratorio colapsado. La construcción de más centros no es la solución para este caso sino tener una política migratoria clara acorde a las necesidades del siglo XXI. Se espera que el próximo presidente del país pueda proponer una ley migratoria justa para todos los involucrados y con eso ponga fin a estos fenómenos donde no hay ganadores solo perdedores.