El presidente Obama declaró la semana anterior que iba a emitir una orden ejecutiva antes del final del año para proporcionar protección a los extranjeros indocumentados de detenciones, deportaciones, y les conceda un permiso para trabajar. En un principio había prometido una amnistía antes de las elecciones, pero decidió retirarla hasta después de las elecciones a fin de no perjudicar a su partido.
El Presidente necesita llegar a los 11 o 12 millones de inmigrantes indocumentados en el país para cumplir sus sueños de permanecer legalmente en los EE.UU. y para aprovechar las ventajas de la libertad de las amenazas de detenciones y deportaciones para la protección de la integridad de sus familias aquí, lo que les permite trabajar y evitar la explotación por parte de las empresas que se aprovechan de ellos.
La verdadera cuestión es qué hacer con los 11 o 12 millones de extranjeros ilegales y cómo mantener intactas sus familias, y para que puedan apoyar a los hijos a cargo, así como sus cónyuges estadounidenses. El presidente aún no ha declarado quien calificaría, como exigir a los solicitantes que pagar impuestos y definir las cualificaciones como años aquí, los miembros cercanos de la familia aquí y no tener antecedentes penales graves, etc.
Estos indocumentados tienen lazos fuertes con el país. Ellos no representan una amenaza para nuestra nación y nos ofrecen una nueva oleada al mejoramiento de nuestra, porque al convertirse en legales van a reportar sus ingresos y tendrán un fuerte estímulo para proporcionarnos además aportaran a las industrias y así se convertirán en ciudadanos ejemplares para el país.